Durante las fiestas de Navidad, San Juan u otras festividades es inevitable que haya más movimiento en casa. Las reuniones con familiares, los amigos en casa, las visitas inesperadas para recoger regalos, los más pequeños gritando y jugando y la música sin parar son las actividades más comunes durante los días festivos. Todo este alboroto no solo nos altera a nosotros, sino también a nuestros peludos. Por eso es necesario saber cómo reducir el estrés durante estas reuniones.
Las situaciones dentro de nuestro hogar podemos llegar a controlarlas siguiendo unos consejos y pautas. Sin embargo, hay otros estímulos que son ajenos a nosotros y que también perjudican al estado emocional de nuestros perros y gatos: los petardos, los truenos, los ruidos fuertes y secos, entre otros.
¿Por qué tienen miedo?
Las celebraciones suelen estar, por desgracia de muchos, vinculadas a los petardos y fuegos artificiales. Para muchos perros y gatos, la pirotecnia resulta muy desagradable debido a la elevadísima sensibilidad de su oído y una verdadera tortura a nivel emocional. No solamente a los animales domésticos, sino también a los animales callejeros, aves y animales de bosques cercanos a la ciudad.
Además, la entrada del otoño e invierno son épocas del año propensa a lluvias fuertes con algún trueno, junto con ruidos fuertes y secos en Navidad. Afortunadamente para nuestros animales, la pandemia ha hecho disminuir los ruidos de las celebraciones masivas hasta altas horas de la madrugada. Por último, estos consejos también podrían serte de utilidad para los disparos de los cazadores si vives en una zona cercana a un coto de caza.
Si tu peludo no tiene miedo a este tipo de eventos, tiene y tienes muchísima suerte. Lo normal es que tu perro sea sensible a truenos, pirotecnia o disparos de cazadores. Por un lado, los perros y gatos son capaces de percibir frecuencias acústicas que a nosotros nos pasan completamente desapercibidas. Por otro lado, al ser su oído mucho más sensible, pueden sentir verdadero dolor ante ciertos sonidos. Tanto la pirotecnia, los truenos o los disparos son explosiones que pueden generar desde una cierta incomodidad emocional hasta un ataque de pánico. Como la legislación no contempla tomar cartas sobre este asunto de la pirotecnia, vamos a dar algunas pautas que pueden ayudar a tu peludo a sobrellevar mejor este tipo de eventos.
10 formas de ayudar a tu peludo con miedo
Veamos algunas de las cosas que puedes hacer para ayudarlo en estas situaciones:
1. Obsérvalo
Si percibes rigidez muscular, una quietud excesiva como si estuviera anulado o una salivación fuera de lo normal, seguramente lo esté pasando mal. Otra conducta que suele darse en estos casos es que se muestre menos cariñoso y receptivo, más distante e incluso hosco y huraño.
2. Empatiza con él
Es el segundo paso y posiblemente el más importante. Entender a tu perro en un momento en el que él está sufriendo es fundamental para él. Tú eres su referencia y su guía, y confía plenamente en ti. No lo regañes si está “de mal humor”, dale mimos u ofrécele comida para centrar su atención en otra dirección. No vas a reforzar ese miedo por mostrarle apoyo, no te preocupes por eso.
3. Emplea un lenguaje tranquilizador
En estos momentos de estrés elevado, evita elevar el tono de voz o exigirle cosas como sentarse o tumbarse. Quédate con él, acompáñalo y hazle caricias relajantes. Si es necesario, sentaos juntos en el suelo o en el sofá, hazle sentir que no está solo. A veces no tenemos que decirle nada, sencillamente con quedarnos con él basta. Si le ofreces comida, te servirá de evaluador: si normalmente coge una chuche con apetito, el hecho de no cogerla o de hacerlo compulsivamente te dará pistas sobre el nivel de estrés de tu peludo.
4. Propuestas divertidas
Si tu perro no tiene miedo, pero sí que muestra inquietud, proponle actividades enriquecedoras como trabajos de olfato con la alfombra olfativa, juguetes cognitivos, elementos de roer o incluso jugar con el mordedor. Todas estas actividades entretendrán a tu peludo, lo mantendrán concentrado y le ayudarán a percibir los ruidos en un segundo plano. Importante: no le obligues. Si no quiere jugar, no quiere y punto.
5. Aislamiento acústico
Cierra ventanas y baja persianas. Si hay algún sitio de la casa que sea silencioso, procura quedarte ahí. Por cierto, los coches tienen un aislamiento acústico excelente. Puedes recurrir a tu vehículo, si dispones de garaje y quedaros en su interior mientras haya fuegos artificiales.
6. Transportín
Siempre que tu perro o gato lo tenga trabajado previamente y lo use con confianza, recuerda que el transportín es un gran aliado. El transportín es el espacio privado de tu mascota, sabe que ahí puede estar tranquilo y eso le puede aportar un extra de seguridad. Colócalo en un lugar tranquilo de la casa, pero que le permita estar al tanto de todo.
7.No lo dejes solo
Evita dejarlo solo en fechas especiales como Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Noche de Reyes o San Juan que suelen haber petardos y fuegos artificiales. Por supuesto, evita llevarlo a sitios desconocidos en los que no se sienta a gusto. Siempre es preferible pasarlo mal en tu propia casa que en una casa ajena.
8. Evita pasear en los momentos de más ruido
Si hablamos de los petardos que podemos prever, dad un paseo antes de las horas de más ruido los días más críticos. En el caso de lluvia con truenos, preferiblemente no salgáis a dar este paseo a no ser que te lo pida.
9. Uso de relajantes suaves
Recuperamos esta propuesta de artículos anteriores: si contemplas su uso, consulta antes a tu veterinario y a tu educador canino por el uso de sustancias sin receta como triptófano, feromonas DAP o CBD. Aunque son inocuas, sus efectos son reales y deben ser adecuadamente valorados. Del mismo modo si contemplas usar chaquetas antiestrés y similares.
10. En caso de crisis de pánico
Si observas los siguientes síntomas:
- Hiperventilación
- Pupilas dilatadas y mirada perdida
- Taquicardias
- Temblores
- Salivación realmente excesiva o boca muy seca
- Comportamiento errático
- Desorden en los hábitos higiénicos
- Conductas autodestructivas (incluso lanzarse contra una pared o una ventana)
Si observas cualquiera de estos síntomas, podría tratarse de un ataque de pánico con un cuadro de crisis de ansiedad. No dudes en contactar con urgencias veterinarias, es un asunto mucho más serio de lo que parece. Pensar “ya se le pasará” es un error que puede costarle la vida. Sentimos ser tan directos, pero es necesario.
Para terminar, recuerda que si consideras que tu perro sufre con este tipo de ruidos, no dudes en contactar con tu veterinario y con un profesional de la educación canina. Insistimos mucho, pero la razón es clara: el bienestar animal. Aunque parezca un problema irresoluble, existen mecanismos de trabajo que pueden ayudarle a mejorar su gestión en situaciones de este tipo. Recuerda: tu perro y tú, sois el mejor equipo.
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Alejandro Daza
Educador canino cognitivo-emocional