Mitos sobre el comportamiento canino (parte II)

  1. Los perros mayores no pueden aprender
  2. Mi perro no es agresivo, es reactivo
  3. Hay que dejar que los perros se apañen entre sí solos
  4. No te preocupes, sólo está jugando
  5. ¡Tranquilo, si no hace nada!
  6. La dieta BARF y la educación canina

En la primera parte de “Mitos sobre el comportamiento canino”, hablamos sobre varias falsas creencias muy extendidas en la educación canina. En este artículo retomamos este enfoque y te presentamos cinco mitos más que estamos seguros que has escuchado alguna vez en tu vida como tutor. Así que hoy tienes una buena excusa para cuestionar si todo lo que escuchas es cierto y cambiar de perspectiva. ¡Allá vamos!

🔹Los perros mayores no pueden aprender

Afortunadamente, esto es totalmente falso. Los perros pueden aprender a cualquier edad con las técnicas correctas. No solamente hablamos de habilidades, como sentarse, saludar, hacer la croqueta, etc., sino también a nivel social y emocional. De esta forma, desestimar la adopción de un perro mayor creyendo que no podrá adaptarse a un nuevo entorno es una creencia errónea.

Naturalmente, los perros senior no son tan adaptables como los jóvenes y los cachorros. Del mismo modo, tendrán un ritmo de aprendizaje más lento porque su capacidad de concentración es menor. Sin embargo, y esto es lo más importante, los perros mayores disfrutan aprendiendo. En ciertos aspectos, los perros son permanentemente inmaduros, en relación a su equivalente en otros cánidos. Por lo tanto, jugar y aprender suponen siempre un estímulo muy motivador a cualquier edad.

Pocas experiencias son tan gratificantes como las de aprender junto a un abuelo. Si tu perro senior aún come pienso y tienes dudas sobre si es bueno cambiarle ahora a dieta BARF, en nuestro blog te explicamos los beneficios de la alimentación natural en perros senior. Además, te contamos cómo pasar a BARF a perros mayores y todo lo que debes tener en cuenta. 

🔹Mi perro no es agresivo, es reactivo

En los últimos años, se ha ido poniendo de moda la palabra reactividad como una especie de eufemismo de la agresividad en perros. Esto es un error muy grande. La agresividad y la reactividad son dos conceptos sumamente diferentes y es importante diferenciarlos de cara a plantear una intervención.

La reactividad es una impulsividad mal aprovechada que, en ciertas ocasiones, puede manifestarse bajo la apariencia de un comportamiento agresivo. Esto implica un elevado componente emocional, pero no siempre es así. Por ejemplo, perseguir ciclistas puede ser reactividad como también puede serlo huir de un ruido desconocido. En cambio, hablamos de agresividad en todas aquellas circunstancias en las que el perro decide una respuesta agresiva como estrategia para resolver un conflicto.

En relación a la agresividad, es importante saber que un perro no es estrictamente agresivo por presentar agresividad en momentos concretos. Como ves, un perro puede ser reactivo y no ser agresivo y viceversa. En ambos casos, te recomendamos acudir a un profesional de la educación canina para resolver desde la base este tipo de comportamientos para fomentar el máximo bienestar emocional a tu perro.

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🔹Hay que dejar que los perros se apañen entre sí solos

Si las personas requieren de ayuda y mediación externa en infinidad de ocasiones, los perros también lo necesitan. Las relaciones sociales son en muchos casos difíciles, y más para los perros que no están viviendo en un entorno natural para ellos. La organización social propia de los cánidos ha evolucionado dentro de parques, calles estrechas, zonas hiperpobladas y repletos de correas, collares y arneses. Además, hay razas con unas características físicos tan modificadas que apenas parecen cánidos como los carlinos o los bulldogs, entre muchos otros. Por ello, los perros sí necesitan de guía externa.

En naturaleza, los animales tenían a sus madres y a otros individuos de su misma especie como modelos para relacionarse y que les guiaban en sus interacciones. Seguramente hayas visto algún vídeo en internet como las madres corrigen a sus cachorros mientras ellos interaccionan entre ellos. Hoy en día, tu intervención como tutor es su referencia y su figura de mediación con el resto. Por lo tanto, si tu conocimiento sobre comportamiento canino es reducido, la figura del educador canino será imprescindible.

🔹No te preocupes, sólo está jugando

Bueno, en algunos casos puede ser cierto y en muchos otros no. Para empezar, la mayoría de las personas que conviven con perros no disponen del conocimiento suficiente sobre lenguaje canino. Esto se traduce en frecuentes malos entendidos entre tutores. Por otro lado, la forma de entender el juego para muchos perros es opuesta a la forma de entenderlo de otros tanto perros. Por lo tanto, aquí podríamos encontrarnos en el epicentro de muchos problemas que se crean en los parques.

Si tu perro entiende el juego como hacer el burro y no empatiza o no entiende las señales de incomodidad de otros perros, puede acabar en pelea. Recuerda que aunque tu perro “solo esté jugando”, el otro perro no y como tutores, debemos intentar guiarlos. Tal y como comentábamos en el punto anterior, tú eres su referencia y guía. Si no entiendes su comportamiento o no sabes cómo gestionarlo, deberás pedir ayuda a los profesionales.

🔹¡Tranquilo, si no hace nada!

¿Te suena esta frase? Un perro se acerca corriendo directo hacia ti y ladrando como poseído por el mismísimo demonio. Las posibilidades que presenta esta situación son casi infinitas: se queda a un metro vociferando como un loco; llega, te huele y se da media vuelta como decepcionado; se pasa de frenada y te embiste; en realidad le ladraba a cualquier otra cosa, pero has tenido la mala suerte de coincidir en su trayectoria, etc.

La mayor parte de las veces, cuando alguien lleva a su perro suelto es porque no va atacando a humanos o a otros perros. Pero también sabemos que mucha gente, sin mala fe, no es consciente de las emociones de su perro y de las razones de ese comportamiento. Además, tampoco son conscientes o empaticen con el estrés que su perro puede crear en las personas y/o otros animales. Por ello, si alguna vez has sido tú quien ha dicho “mi perro no hace nada”, ¡ssssht! Mejor no digas nada, la otra persona lo agradecerá.

Si a tu perro le cuesta relacionarse con las personas o con otros perros, si tienes dudas sobre su bienestar o sobre vuestra convivencia, una vez más, no dudes en ponerte en contacto con un profesional de la educación canina.

La dieta BARF y la educación canina

La dieta BARF ayuda a los problemas de conducta de los perros. Obviamente, la alimentación natural nos es la panacea de los problemas de educación que tienen los animales, ya que hay muchísimos factores que influyen en las emociones y/o estrés de los perros. La conducta se debe analizar de forma completa haciendo hincapié en diferentes áreas. Sin embargo, uno de los beneficios de la dieta BARF para perros y gatos es la mejora del comportamiento del animal.

Alimentación natural en protocolos de los educadores caninos

Muchos educadores caninos incluyen en sus sesiones un plan de alimentación natural BARF junto a sus protocolos en problemas de comportamiento. ¿Por qué? Está demostrado que cubrir las necesidades básicas de alimentación y nutrición, la famosa pirámide de Maslow, hace que el perro se centre en otras necesidades menos básicas. De hecho, muchos problemas de ansiedad, coprofagia o reactividad se acompañan de una dieta natural. Recuerda que la reactividad no es sinónimo de agresividad. Los planes de alimentación tienen que ser diseñados por un veterinario y/o nutricionista canino para cubrir todas sus necesidades nutricionales, no lo puede diseñar el educador canino.

Si tu perro aún no come alimentación natural, BARF o cocinada, también puedes incorporar en sus comidas suplementos naturales para mejorar los síntomas de cada problema. Debe existir una comunicación entre el educador canino y el nutricionista para poder ofrecer a tu peludo aquellos alimentos o suplementos que realmente necesita. El bienestar de tu perro dependerá tanto de su salud física como de su salud emocional. Si tienes dudas sobre cómo empezar con la dieta BARF, puedes consultar a nuestra veterinaria en este link: contactar con la veterinaria

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Escrito por Alejandro Daza

Educador canino cognitivo-emocional