La preocupante problemática de la contaminación química en la cadena alimentaria de nuestras mascotas no debe pasarse por alto. Este fenómeno, en constante aumento, está directamente vinculado a la aparición de una serie de enfermedades crónicas y autoinmunes en perros y gatos.
Aunque sigan una dieta BARF (biologically appropriate raw food) o no, la presencia abundante de químicos y metales pesados en la alimentación de nuestras mascotas es una realidad que no puede ignorarse, especialmente cuando las materias primas carecen de origen ecológico.
Cabe mencionar que en este artículo hablamos sobre la alimentación de perros y gatos, pero esta situación también afecta en la nutrición de personas. Las carnes que encontramos en el mercado para perros son las mismas que se encuentran para consumo humano. Por lo tanto, la preocupación de la calidad de los alimentos debe tener esta doble lectura.
La introducción de contaminantes en la cadena alimentaria
1️⃣ Herbicidas, fungicidas y antibióticos
El proceso de contaminación química en la alimentación de los perros y gatos comienza en las etapas de cultivo. El uso extendido de herbicidas y fungicidas, cuya presencia ha aumentado exponencialmente, es uno de los primeros factores de esta contaminación. Especialmente, podemos empezar a contar con la introducción de los cultivos transgénicos en la década de los 90. Esta cadena se extiende a través de la administración de antibióticos, hormonas y otros compuestos farmacológicos al ganado.
2️⃣ Acumulación de metales pesados
La acumulación de metales pesados como arsénico, plomo, cadmio y, sobre todo, mercurio, en la cadena alimentaria es un problema preocupante. Estos metales se vuelven más presentes en la alimentación en general y, por supuesto, en la de nuestras mascotas. Lo alarmante es que estos metales pesados no desaparecen con el tiempo; por el contrario, se acumulan y concentran.
Por eso, si hablamos de pescados, siempre insistimos en el consumo de pescados azules pequeños como la sardina y el boquerón. La presencia de metales pesados en estas especies es mucho menor a otros pescados como el salmón o el atún.
Pero, ¿cómo llegan esos metales a los animales? El proceso es sencillo: estos metales pasan del suelo a las plantas, que son consumidas por los animales de ganado o herbívoros. Cuando estos animales son ingeridos por otros carnívoros, la acumulación de metales pesados se vuelve más concentrada, y este proceso de acumulación se repite en cada eslabón de la cadena alimentaria.
Las consecuencias de la contaminación química en la alimentación de perros y gatos
🔸 El plomo como amenaza principal
Gran parte de la contaminación por plomo en los alimentos comerciales para mascotas proviene de la harina de hueso. Aunque esta harina es rica en calcio y minerales, los huesos de ganado vacuno en países industrializados contienen altas concentraciones de plomo debido al uso histórico de gasolina con plomo. El envenenamiento por plomo puede manifestarse de diversas maneras, incluyendo anemia, hiperactividad, convulsiones y dolores gastrointestinales.
🔸 Depleción de Energía y Nutrientes
Cuando se produce intoxicación química a través de la alimentación, el organismo de perros y gatos debe emplear un exceso de energía y nutrientes para eliminar las sustancias tóxicas. Estos recursos podrían haber sido utilizados para funciones constructivas en el organismo.
🔸 Enfermedades por acumulación de sustancias tóxicas
Cuando el cuerpo no puede desintoxicar completamente las sustancias tóxicas, estas se acumulan en los tejidos. Esto puede desencadenar alergias, pérdida de peso, fatiga, problemas de piel, artritis, enfermedades autoinmunes y más.
🔸 Carencia de Omega 3
Los animales estabulados no tienen la oportunidad de pastar y su dieta se basa en granos. Esto resulta en carnes con altos niveles de grasas saturadas y bajos niveles de ácidos grasos esenciales, como Omega 3. La falta de Omega 3, común en la alimentación comercial, puede causar procesos inflamatorios, problemas de fertilidad, trastornos del desarrollo y deterioro prematuro de la vista y el oído.
Alternativas para la salud de mascotas y humanos
Es el momento de reconocer la necesidad de actuar y tomar medidas para evitar esta contaminación química. No solo en nuestras mascotas, sino también en todos los seres que compartimos este planeta. Optar por productos ecológicos no solo beneficia la salud de nuestras mascotas, sino que también respalda a pequeñas explotaciones sostenibles que promueven un ambiente limpio y respetuoso con la naturaleza.
En resumen, la contaminación química en la cadena alimentaria de nuestras mascotas es un problema grave con efectos devastadores en su salud y bienestar. Tomar decisiones conscientes, como optar por alimentos ecológicos, no solo protege a nuestros amigos peludos, sino que también contribuye a la salud general de todo el ecosistema.
Las palabras del Dr. Pitcairn y el Dr. Ian Billinghurst son recordatorios poderosos de la importancia de la conciencia y la acción en la protección de nuestras mascotas y del entorno en el que viven.
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