Independientemente de la cantidad de proteína bruta, cuando utilizamos alimentos procesados o de baja calidad con nuestros perros, es muy fácil desembocar en deficiencia proteica con todas las consecuencias que ello provoca: problemas de piel, de crecimiento, anemia, pérdida de peso, desequilibrios hormonales e incluso problemas de conducta.
Las proteínas están formadas por cadenas de aminoácidos. Todas las células del cuerpo de tu perro necesitan proteínas y aminoácidos esenciales para su regeneración y buen funcionamiento. Hay un total de 22 aminoácidos todos ellos importantes para tu amigo, sin embargo hay 10 a los que se les considera esenciales.
Queda claro que obtener las proteínas y aminoácidos esenciales en las proporciones adecuadas es necesario para la buena salud de tu perro.
Las proteínas de mayor valor biológico y sobre todo para un carnívoro son las de origen animal.
El valor biológico de los alimentos basados en proteína animal es mucho más alto y la proteína es de mucha más calidad que la de cualquier alimento procesado o de origen vegetal. Ten en cuenta que el perro comparte un 99,80% de sus genes con el lobo.
En animales enfermos la calidad del alimento es un factor todavía más crítico, debido a los procesos de desintoxicación. Cuanto menos procesamiento y menor carga química, menos estrés provocaremos a los órganos del animal, y la asimilación será más alta.
Los alimentos frescos y biológicamente adecuados para un carnívoro siempre serán más fáciles de digerir y de asimilar que cualquier pienso altamente procesado metido en una bolsa por meses, por mucho que el marketing y las bonitas fotos del packaging nos quieran contar.
Cocinar los alimentos desnaturaliza las proteínas y cambia sus estructuras. A partir de los 110º la estructura bioquímica de los alimentos se altera dando lugar a estructuras nuevas que en ocasiones el sistema inmune del perro no reconoce e interpreta como una amenaza. Esto puede desembocar en alergias alimenticias, enfermedades autoinmunes, artritis o IBD (enfermedad inflamatoria intestinal)
Además muchas enzimas y vitaminas se destruyen con la exposición a las altas temperaturas, provocando estrés en el páncreas y envejecimiento celular.
La exposición al calor por otro lado elimina aminoácidos esenciales como la Metionina y la Lisina imprescindibles ambas para la formación de células y tejidos.
Si bien el perro como carnívoro obtiene su energía principalmente de la grasa animal, un exceso va en detrimento de la cantidad de proteína. Otra vez el origen y la calidad de la carne influyen directamente en este factor. A los animales estabulados o de cría intensiva no se les permite el movimiento en libertad, ni pastar, y su alimentación está basada totalmente en grano. Como consecuencia las carnes que producen tienen altos niveles de grasas saturadas, bajísimos niveles de ácidos grasos esenciales y por su puesto menos cantidad de proteína.
Es por eso que saber el origen de la carne con la que alimentamos a nuestro perro es tan importante. Piensa además que a parte de la sostenibilidad y el bienestar animal, cuando compras ecológico para ti o para tu perro, estás colaborando con las pequeñas explotaciones normalmente familiares que hacen sostenible la vida en el campo de una manera limpia y respetuosa con el Planeta y los animales.
Para conseguir una dieta completa y evitar cualquier tipo de carencia, la clave, a parte de llevar los porcentajes de ingredientes adecuados (hueso carnoso, carne magra, vísceras y verduras) está en la rotación entre diferentes alimentos frescos y diferentes fuentes de proteína principal.